de Mario Benedetti
Excomulgado fue por defender
el hígado de Dios
Roque Dalton
Dios padre / campechano
en el estilo de juan veintitrés
dijo / dejad que los excomulgados
vengan a mí / dejadlos
abortistas / herejes
adúlteros o gays
marxistas / sacerdotes casados
guerrilleros
venid a mí / libérrimos
vuestro es el reino
de los cielos míos
en cierto modo debo compensaros
por los vejámenes sin cuento
por los agravios con encíclica
que os vienen infligiendo
mis vicarios
desde la inquisición
me duele el hígado
venid excomulgados
hijos míos
Fuerte, pero bienaventurados sean los que sufren, los que no “valen” nada, los de la calle, los que se equivocaron, los que perdieron, los se volvieron a equivocar, los que se enfermaron, los que sufrieron, los que lloraron, los que se la jugaron y fallaron
Pero…. por donde camino Jesús, quienes fueron sus amigos, a quienes ayudo; “el que este libre de pecado que lance la primera piedra”.
Tanto parecer, tanto mirarse y no darse, tanto de orgullo, tanto de ego, de cuidar eso logrado, eso ganado; que importa, si finalmente al cajón nos vamos sin nada, no importara el tamaño del cofre o la cantidad de gente que nos acompañe, “de polvo somos y en polvo nos convertiremos”.
Finalmente habrá un momento en que ya nada valdrá, solo una oración gratuita, solo una lagrima desinteresada, solo un recuerdo bien plantado, solo una brisa en el viento, solo el recuerdo de los que nos dejaron marcas, solo el recuerdo de a quien marcamos
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