domingo, junio 01, 2008

La voluntad de Dios

La voluntad del jefe
La sabremos algún día
Tal vez logremos entender el porque
El porque del nuevo mandamiento que nos dejo
El porque de una felicidad distinta
El porque de compartir
De vivir y gastar la vida
De no guardar nuestros dones
De regalarlos porque nos fueron regalados
De compartirlos porque no son nuestros
De dar hasta que duela, de vivir con esperanza

Y que, de la desesperanza, de la melancolía que a veces nos ahoga, de la depresión que nos transforma, de la angustia que nos mata
Luchar o dejarlas estar, tal vez amarlas y así cambiarlas
Tal vez dejar de darle vueltas y avanzar aunque sea un poco
Talvez dos baldosas aunque retrocedamos tres
Hay días que si y otros que no
Pero seguimos
Seguimos con la oportunidad de vivir y encontrar o dar una sonrisa
Compartir una historia, un gesto, una mirada
Tal vez el tiempo nos concentre en lo importante, en lo trascendente, en lo que deja y no en lo que empobrece
En lo de adentro, en lo de verdad, en lo que nos acerca a su imagen y no nos desfigura

En lo que hace que esta humana divinidad que nos concedió luzca y brille y no la apaguemos en nuestro fiero y cruel enemigo que es nuestro egoísmo, nuestro ego que ronda a diario para ver si puede entrar y corroer y lo peor es que muchas veces lo dejamos, muchas veces llega a reinar en nuestra mirada, apaga nuestras esperanzas y oscurece nuestro corazón

Eterna lucha, eterna guerra entre el bien y el mal que hay en nosotros, entre la luz y la sombra que nos emana, entre estar y guiar, entre luchar y perder
Entre vivir y morir

Difícil tomar la decisión, difícil mantenerla, difícil sonreír día a día y dar las gracias porque creemos fielmente en la voluntad de Dios

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